El mejor sello independiente

13 de Enero de 2025

Leer nota completa

Tres discos de nuestro sello en el balance del año de Página/12

06 de Enero de 2025

Leer nota completa

Jazz en El Círculo 2025

25 de Diciembre de 2024

Leer nota completa

17 de Diciembre de 2024

Reseña del disco El Umbral en revista Barullo

Con 42 años en el lomo, El Umbral volvió con un nuevo disco donde técnica y emoción funcionan como idea musical, es decir, la banda consigue comunicar lo esencial de un registro más allá de la gramática o la mecánica utilizada y entonces lo que suena es un relato integral y perfectamente definido. Tal vez que este disco no lleve título responda a esta lógica, a una intención de comunicar una unidad sonora y traspasar cualquier preconcepto con que se aborde la escucha. El Umbral ha sido, desde sus inicios en 1982, un cuarteto de free jazz, donde sobresalía una precisa afinidad para desplegar atmósferas muy vitales y, además, siempre estuvo la improvisación como una característica. Se diría un jazz fusionado con elementos provenientes del free y una impronta intensamente melódica, igual que si el jazz como actitud fuera la excusa para abordar pasiones diversas, estéticas varias, y llevarlas a un terreno que estará siempre abierto al momento. Todos los tracks del disco, en verdad, exhiben un clima envolvente, paisajístico –que no ambiental– donde la experiencia del grupo integrado por los hermanos Luis y Mariano Suárez en los vientos –saxo y flauta y trompeta respectivamente–, Charly Pagura en contrabajo y Pablo Dawidowicz en batería se traduce en un artefacto sonoro vibrante y emocionante que se desprende de las etiquetas; hacen, en todo caso, una música que pasa por el jazz, una sociedad de trincheras que bifurca caminos y abre puertas. Hay en este disco un buen reparto en el peso de los instrumentos, lo que permite sostener un equilibrio en sus paisajes cambiantes, desde el tema inicial Pequeña trompeta –un temazo– donde hay mucha circularidad y color, como una corriente subterránea que luego se agitara en su superficie, pasando por el cálido Savoy, que abraza redondo y nítido; el experimental Tema M donde reinan agilidad y sutileza en el singular escarceo entre batería y saxo, que parecen caminar sobre una línea de puntos suspensivos imaginando posibles respuestas entre ambos; el juguetón Llamada al mar, en el que se escucha un fluido de timbres y latiguillos percusivos, casi un eco tribal tan confortante como inquietante; el hipnótico Posposverdad donde hay algo salvaje, libre y puro y donde el tiempo se transforma en un concepto flexible. En Los dos curas, una exquisita flauta aparece proporcionada y eterna mientras el tempo de batería y bajo logra una vaporosa contención que resuena y vibra alrededor de quien escucha. El plus que ofrece Pequeña trompeta –en vivo, casi una zapada rítmica y melódica, para el cierre, hace imposible definir qué está pactado sobre el papel y qué es resultado de la improvisación, pero todo suena sin condicionante alguno, libre y salpicado por puntuales distorsiones y arrebatos percusivos. Por eso, El Umbral (BlueArt Records), el disco, resulta una experiencia sonora excitante en su unidad temática y estética, regida por reglas creativas propias como resultado de un apabullante dominio instrumental de los músicos. Un disco difícil de abandonar que invita a volver una y otra vez sobre él para seguir descubriendo matices. Juan Aguzzi